¿Qué es mindfulness?

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Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind

Mindfulness se traduce como atención plena y es una práctica (un conjunto de ejercicios), pero también es un estado de conciencia y un estilo de vida.

Podemos decir que los ejercicios nos conectan con el estado de conciencia plena y esa experiencia es la que incide en nuestra forma de vivir.

En intimind pretendemos ofrecerte información sobre mindfulness y sus beneficios y sobre los estudios científicos que lo avalan. También queremos ser la herramienta que te permita experimentar y vivir mindfulness .

Un palabro en inglés: mindfulness

Empecemos con la definición de esa palabra que te ha traído hasta aquí:
Según John Kabat-Zinn, uno de los principales investigadores de la aplicación clínica de mindfulness (Universidad de Massachusetts) “mindfulness significa prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar”.

El psiquiatra Vicente Simón, uno de los introductores de mindfulness en España, lo define como “la capacidad humana universal y básica, que consiste en la posibilidad de ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento”.

Te explicamos qué es mindfulness en un minuto

La rumiación y el camino a la infelicidad

El pasado es fundamental en nuestras vidas. Es una fuente de aprendizaje y, por supuesto, estructura el relato que construimos sobre nosotros mismos. Pero a veces hay pensamientos sobre el pasado que rondan por nuestra mente o incluso se atascan en ella y no nos llevan a ninguna parte.

Rumiamos. Igual que hacen algunos animales con los alimentos, que los mastican, los llevan al estómago y luego regurgitan para masticar nuevamente.

Nosotros le damos vueltas a hechos que, ni tienen solución, ni necesitan ya de ninguna respuesta. Interpretamos y reinterpretamos, recreamos una realidad. Este proceso genera en nosotros emociones y, la mayor parte de las veces, como explicaremos más adelante, estas emociones son negativas. La mente rumiante tiene justificaciones desde el punto de vista evolutivo pero nos provoca ansiedad e infelicidad.

Con el futuro tampoco tenemos demasiada buena relación. Anticiparse a los problemas tiene su parte razonable siempre y cuando no empecemos a dar por hechas situaciones que, ni han ocurrido aún, ni van a ocurrir jamás tal y como las imaginamos porque, por suerte o por desgracia, el ser humano no adivina el futuro. De ahí que los presentimientos, las suposiciones, los prejuicios, invadan ese terreno del tiempo futuro en que nos instalamos muy a menudo. De nuevo en este caso, nuestro sesgo cognitivo tiende a lo negativo. Nuestro cerebro trabaja fundamentalmente para sobrevivir y no para ser feliz.

Vivir el presente

En mindfulness entrenamos la atención igual que entrenamos los músculos. Dirigimos la atención una y otra vez al momento presente, aquí y ahora.

La mente rumiante, la mente de mono, tiende constantemente a irse, a dispersarse, y nosotros, con amabilidad, la redirigimos al objeto que hayamos decidido.

Es muy importante no enfadarse porque no tiene ningún sentido. Es natural que nos despistemos.

Esta gimnasia que hacemos con nuestra atención produce cambios en el cerebro. Cambios relacionados con una mejora de la atención cualitativa y cuantitativamente.

Un entrenamiento mental

La semilla está en ti. La capacidad de la atención plena también, aunque normalmente vivimos en piloto automático y tenemos como desactivada la consciencia del aquí y del ahora. Con Mindfulness entrenas la atención sostenida (concentración) y amplías tu consciencia del presente. Hay prácticas formales (pararse con intención de dedicar un tiempo en exclusiva a meditar) e informales (llevar a cabo actividades de nuestra vida cotidiana con la intención de ser plenamente conscientes de ellas). Esto es un proceso de apertura y de descubrimiento a largo plazo.

La instrucción fundamental

Cuando te detienes a practicar formalmente, el ejercicio esencial consiste en observar los automatismos de la mente y volver una y otra vez al objeto de atención que suele ser la respiración. Te conviertes en testigo de todo lo que ocurre pero no te dejas secuestrar por nada.

Desaprender

La observación nos permite darnos cuenta de prejuicios, sesgos e inercias mentales pero el paso siguiente, imprescindible, es soltar y dejar ir esas ideas a las que nos aferramos. Esto genera espacio y libertad para crear, solucionar y transformar. La intención no es cambiar nada sino ser capaz de discernir y ver con claridad. En ese momento, sin que sea el objetivo, los cambios se producen.

Aceptar lo que hay con amabilidad

Aquí está la clave de todo. En el espacio de observación no hay lucha, ni resistencia, ni esfuerzo por llegar a ninguna parte. Se acepta todo tal y como es y nos tratamos con amabilidad. Entrenas tu mente con la paciencia y el afecto con que entrenarías a un cachorro para que no vaya de un sitio a otro, sin castigarle, llevándolo hacia donde tú quieres con paciencia y cariño.

Todo eso es Mindfulness:)

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Autora: Imma Juan
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