¿Por qué estar demasiado ocupados nos hace sentir bien?

¿Por qué estar demasiado ocupados nos hace sentir bien?

TwitterFacebookLinkedin

Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind

Destruyamos el mito de que ESTAR ocupado es igual a SER importante. Tu valor no está determinado por la cantidad de cosas que puedes meter en un día.
Hay tareas ineludibles para la mayoría: trabajar, cocinar, limpiar, cuidar de nuestras familias y amigos... lo mejor es que lo hagamos con buen ánimo.
Pero hay momentos en que las ocupaciones nos invaden sin ser necesarias.
Averigua en qué grado acumulas tareas inconscientemente para no enfrentarte a algo.
Acabaremos con una práctica muy útil para personas súperocupadas (como todos nosotros)

A continuación, un diálogo real mantenido hace unos días con mis amigas Natalia y Teresa (que me han dado permiso para que lo leáis)

El curso  siempre comienza en septiembre

(Teresa)-A veces las cosas cuestan mucho de materializarse …. Como iniciar mis clases de yoga, la verdad es que estoy un tanto ‘paf’, en dos ocasiones parecía que se ponían en marcha y luego nada. No sé, quizá es que he estado mucho tiempo fuera, pero me da la impresión de que aquí la gente es muy poco seria y les cuesta comprometerse.
Entretanto me he inscrito para un curso de Mindfulness y Compasión que se celebrará aquí en Barcelona a primeros de diciembre!!
Y tu Imma, qué nos cuentas???

(Imma)-Yo ahora me enfrento a un año más con el reto de sacar adelante Intimind y convertirla en una herramienta de apoyo a la práctica de Mindfulness (ya lo es pero hay que acercarse más a lo que las personas sentimos como necesidad) Si no lo consigo lo tendré que dejar. También tengo el reto de conseguir trabajos remunerados y ahí estoy en pleno pluriempleo tan propio del siglo XXI (quien lo hubiera dicho) con la gestión de la app, y las clases de yoga y Mindfulness (difícil Teresa, jaja no se si es falta de compromiso, mala organización del tiempo o qué pero lo cierto es que todos quieren y luego no acuden)
Esa es mi vida …¿qué os parece?
Y lo más importante ¿cómo llevar todo esto mindfulmente?

(Natalia)-Hola hermosas, That´s the question… ¿cómo llevar este mundo loco + familias + amigos + padres que no entienden nada y se ponen malos (cada vez más) + cuidarse a uno mismo + leer un ratito por las noches + hacer ejercicio + no olvidarse de regar las plantas ni la comida del gato mindfulmente? Je je je. Ni el Dalai Lama.

(Teresa)-Buen resumen Natalia! Me veo totalmente retratada, aunque ahora no tenga gato …..

Cinco preguntas preguntas y una hipótesis

La hipótesis

Tener plazos, proyectos y actividades puede ser obligatorio, pero volverse adicto a la actividad ininterrumpida, es algo que ELIGES.

1. ¿Hasta qué punto nos enganchamos al frenesí de acumular tareas?

2. ¿Ir como pollo sin cabeza por la vida es siempre lo mejor?.

3. ¿Podemos bajar el límite de velocidad?

4. ¿Qué pasa si dejamos un espacio en blanco en nuestras apretadas agendas?

5. ¿Podemos dejar de hacer algo y vivir mejor

Ahora no puedo: estoy ocupado, tengo trabajo… Todo debe esperar cuando estamos inmersos en una actividad.

Ha llegado el momento de desmontar el mito según el cual si estamos ocupados somos importantes.

No voy a elogiar la holgazanería, ni la pereza. Lo que pasa es que llevamos una vida en la que parece que tanto haces, tanto vales. Y acabas sintiendo que tu valor está determinado por la cantidad de cosas que puedes meter en un día.

Vacaciones en peligro de extinción

Ann Burnett, profesora de comunicación en la Universidad Estatal de Dakota del Norte, ha estudiado el aumento de las ocupaciones en su país a través de las cartas que los americanos envían en vacaciones. El estudio abarca una colección de escritos desde la década de 1960 hasta la actualidad. En las misivas, palabras como «frenético» y «quemado» comenzaron a aparecer por los años 1970 y 80.

Según Burnett, en aquella época empezó todo. Tener una vida ocupada empezó a ser una forma de competencia y un símbolo de estatus «Si estás ocupado, es que eres importante».

Así que, con esa frase grabada en el ADN han evolucionado las sociedades modernas. Es parte de nuestra identidad. Si estamos estresados, es porque estamos comprometidos y trabajando duro. Si no, no seremos lo bastante buenos.

La culpa es de las hormonas

Saltar de una tarea a otra es fruto de un impulso más que de una necesidad razonada. Un estímulo interno más poderoso de lo que puede parecer y que tiene nombre: dopamina.

La dopamina es una droga que producimos de forma natural. Activa el circuito cerebral de recompensa a corto plazo y eso la hace altamente adictiva. Se libera en el cerebro y nos proporciona un sentido de disfrute, relajación y gratificación. Ella es el principal motor de nuestro ajetreo constante. Cada vez que organizas tres citas, haces una compra, o verificas el correo, la dopamina se libera. Te sientes bien. Por un momento. Entonces el cerebro pide otro chute. Más actividad. Y con el tiempo te ves en un círculo vicioso de acción-recompensa. La adicción a la acción se está fraguando.

Siguiendo impulsos “naturales” llega un momento en el que realmente nos cuesta un mundo no hacer nada. Lo llevamos fatal.

¿Y cuál es la parte negativa?: toneladas de estrés, falta de sueño, incapacidad para concentrarse, y en algunos casos, menos tiempo, menos días de vacaciones.

Parar o no parar

La neurociencia que explica las razones de nuestra hiperactividad también está empezando a demostrar los efectos de lo contrario, la pausa, en nuestro cerebro. Y resulta que el reposo es fundamental para la inspiración y la creatividad. Buena parte de los inventos, las grandes obras de arte y de la filosofía se crean durante el tiempo de ocio.

A pesar de ello, nos resistimos a tomar tiempo libre.

Sin embargo, cada vez que te preguntes quien te ha robado el mes de abril o por qué los días tienen sólo 24h , cuando sientes que no te da la vida… en realidad no necesitas más tiempo. Necesitas más quietud. Cuando solo falta una gota para derramar el vaso, cuando tienes hambre de tiempo: Stop.

De veras: no hace falta tiempo para hacer más cosas e incrementar nuestra ansiedad. Hace falta tiempo de reposo para recalibrar tu lugar en el mundo, para pensar bien el siguiente paso a dar. Una pausa sin estímulos. Para cargar pilas.

Una forma moderna de pereza

Rasmus Hougaard y Jacqueline Carter, fundadores de “the Potential Project” imparten programas de mindfulness en grandes empresas como Amex, Nike, Accenture. Ellos aseguran que estar ocupados es algo que elegimos en mayor medida de lo que creemos. Optamos por acumular obligaciones porque eso nos mantiene a una distancia segura y cómoda de muchos problemas. Al final es una manera de escurrir el bulto ante las grandes preguntas sobre la vida y la muerte: ¿He elegido la carrera correcta? ¿Mi vida tiene sentido?

Hacemos y hacemos sin parar, seguros de que es el camino hacia algo más grande. Algo, aunque igual no sabemos qué. Es como subir una escalera todo lo rápido que puedes, con la esperanza de llegar a la cima. Y un buen día llegas. Estás arriba del todo en forma de un ascenso en el trabajo o una casa recién comprada. Pero ¿cuál es el sentido de llegar a la cima de la escalera? ¿y si entonces ves que está apoyada en la pared equivocada?

Moraleja: Que los árboles no te impidan ver el bosque (tu propósito vital)

Es como subir una escalera todo lo rápido que puedes, y cuando llegas arriba del todo te das cuenta de que está apoyada en la pared equivocada.

Antes de acelerar, reduce

Vivir y trabajar inteligentemente.

Hacer las cosas bien, no un montón de cosas.

Podemos aprender del guepardo. El animal terrestre más veloz. Lo habrás visto en algún documental, es impresionante. Bueno, pues según la revista nature, más que la velocidad puntual que alcanza en carrera, la clave de su rapidez está en su capacidad de aceleración y deceleración, y en su habilidad para maniobrar. A pesar de su increíble cuerpo, cuando ve una presa no acelera inmediatamente. En un primer momento el guepardo se ralentiza. Se agacha y durante unos minutos se mueve en cámara lenta, mientras todas las fibras musculares de su cuerpo se calientan. Muuuy lento. Luego, cuando está listo, en cuestión de segundos acelera más que un coche deportivo y atrapa su comida. El guepardo no corre sin parar intentando cazar ratones. Su objetivo son las gacelas. Su táctica es reducir la velocidad para acelerar.

Nosotros podemos aprender a concentrarnos en tareas reales y metas importantes en la vida y en el trabajo, en lugar de hacer por hacer. Cuando paras y te permites un momento sin ocupación, el cerebro deja de lado el impulso inmediato de la dopamina. Entonces te puedes centrar y elegir tus acciones con claridad y desde la libertad.

De esa manera podemos seguir mejor los objetivos que para cada cual son más importantes en la vida. Reduciendo la velocidad, podemos acelerar. Hougaard y Carter recomiendan hacer pausas conscientes. En su libro One Second Ahead: Enhance Your Performance At Work with Mindfulness (Un segundo por delante: Mejore su rendimiento en el trabajo con la atención plena.) lo explican. Consisten en parar 45 segundos cada hora. La pausa consciente es como un botón de reinicio. Reseteas la mente, sales del bucle, y te reenfocas en lo que decidas.

Cómo hacer pausas conscientes:

  1. Establece un temporizador que te avise de que toca hacer un paréntesis.

  2. Cuando recibes la notificación, detén lo que estés haciendo, deja pasar los pensamientos y dirige tu atención a la respiración.

  3. En el primer ciclo de respiración, relaja el cuerpo y la mente.

  4. En el segundo, centra la atención.

  5. En el tercero, te preguntas «¿Qué estoy haciendo en este momento: Cazo ratones o persigo la presa más grande?

Si te parece difícil, si la inactividad te impacienta y te asalta la necesidad de hacer algo, ya tienes algún grado de adicción a la acción. Afortunadamente, hay una manera de salir.

En cuanto veas que llenar tu tiempo con actividades es un objetivo en si mismo, reduce la velocidad y haz esta breve práctica, la primera del programa Introducción del método intimind. Son 10 minutos de meditación consciente para relajar el cuerpo y enfocar la mente

¿Qué tal te ha ido con esta meditación? Si necesitas apoyo en tu práctica de meditación mindfulness prueba esta semana a hacer este ejercicio con intimind. Cuéntanos cómo te va y seguimos adelante. Nos puedes escribir a contacto@intimind.es

Estilo de vida  |  Trabaja mejor
TwitterFacebookLinkedin

Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind

Artículos relacionados

¿Ansiedad? No, gracias

¿Ansiedad? No, gracias

A veces la vida nos pesa. Afrontar nuevos retos laborales, lidiar con enfermedades, atravesar por situaciones difíciles, afrontar un examen o una entrevista.

Con la que está cayendo y tú te pones a meditar

Con la que está cayendo y tú te pones a meditar

Vuelta al cole: consigue tus propósitos con Mindfulness

Vuelta al cole: consigue tus propósitos con Mindfulness

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

He leído y acepto la Política de Privacidad y doy mi consentimiento a intimind para el envío de su newsletter, novedades comerciales y/o nuevas promociones de sus servicios..