Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind
El síndrome de la mente de mono (cuando intentas concentrarte pero tu mente salta sin parar de un sitio a otro) es increíblemente común y te das cuenta nada más empezar a meditar. Lo que te puede sorprender es la forma de superarlo.
En lugar de intentar controlar la mente pensante, ponte de su lado y abrázala. Cuando estés practicando, hazlo sabiendo que tus pensamientos no van a parar. Medita con intención amable hacia todos esos pensamientos, especialmente los negativos. Intenta no evitarlos o quedar atrapado en ellos: simplemente obsérvalos y conduce tu atención de nuevo hacia la respiración. Cuanto más practiques esto, más fácil te va a resultar y más pronto descubrirás que la clave para silenciar la mente reside en ser completamente indiferente a todos tus pensamientos.
Con sentarte con la espalda relativamente erguida es suficiente. Y fíjate que erguida no significa tiesa. En ocasiones, el empeño en levantar la columna nos lleva a tensar esa zona del cuerpo y se trata de lo contrario, de ser consciente de las posibles rigideces y alargar hacia arriba la columna pero de forma suave, relajada, con sus curvaturas naturales. Si tienes que toser, estornudar, escupir o aclararte la garganta no hace falta que tengas convulsiones intentando evitarlo. En lugar de eso, permítete ocuparte y prestar atención a esas pequeñas distracciones de forma natural. De esa manera podrás seguir adelante de forma cómoda.
La gran pregunta es qué hacer con las manos. Vemos en las imágenes a gente sentada con los dedos juntos. Bueno, pues en lugar de unir tu índice y tu pulgar intenta simplemente dejar las manos descansando en el regazo, con las palmas hacia arriba. Este gesto es suficiente para estar alerta sin tener que recordar constantemente que tus dedos tienen que estar tocándose.
Hay un montón de taburetes y cojines de meditación en el mercado. Elige la opción más confortable para ti. Antes de invertir en un taburete, intenta simplemente apilar unos cuantos cojines y construir una rutina. Pero si sentarte en el suelo te resulta pesado, date permiso para sentarte en una silla o incluso en un sofá. Ninguna regla dice que la meditación sólo es efectiva si se practica en el suelo. Volvemos al punto 2 para recomendarte una postura alerta porque no vas a dormir, vas a estar presente, consciente. Firme y en quietud como una montaña pero con la comodidad suficiente, sin forzar posiciones que podrían incluso causarte alguna lesión.
Probablemente te estés preguntando por qué este punto está escrito en mayúsculas, pensando que es innecesariamente alarmante. Esa es la idea, que salir de la meditación con una alarma es innecesario. A medida que tu mente se vaya asentando en la última mitad de la meditación, en cuanto suene la alarma, el corazón se te saldrá por la boca. Y eso no te hará sentir bien. Evidentemente, necesitas poner un tiempo a tu sesión. Lo que te recomendamos es que busques un sonido suave, que te avise pero que no te altere. Muchas veces nos preguntan por qué no utilizamos campanas en intimind y la razón es esta. En el caso de nuestro método, como las prácticas son guiadas, no hace ninguna falta una campana. La voz que te conduce en la meditación, te avisa también del final, en el mismo tono y sin disrupciones.
Cuanto más a menudo practiques, más cerca estarás de que la meditación se convierta en un hábito. Como truco psicológico, puedes poner una «x» en el calendario después de cumplir con tu compromiso diario. Eso te motivará a seguir adelante, especialmente en los días en que la última cosa que quieres hacer es sentarte a meditar. Mantén tus metas pequeñas y alcanzables. Empieza con el objetivo de meditar todos los días durante al menos 10 minutos durante siete días seguidos. En cuanto cumplas tu objetivo, aumenta el tiempo de meditación a partir de ahí.
No, no es un error tipográfico. Cuando se trata de meditar, el dicho de «más vale calidad que cantidad » no se aplica. Es más bien todo lo contrario. Deberías practicar despreocupándote por completo de la calidad de tus meditaciones, y en lugar de eso, luchar por la cantidad. En otras palabras, ser lo más coherente posible. Medita diariamente, sin falta, siempre que puedas. Descubrirás que la calidad de tus experiencias internas solo mejora en función de la cantidad o del número de veces que te sientas.
¿Qué te parecen estos consejos? ¿Tienes tú alguno que te haya servido especialmente para asentar tu práctica? Si es así, te agradecemos que lo compartas. Seguro que es útil y de ayuda para alguien.
Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind
Muy completa esta síntesis sobre meditación, bueno.
Muchas gracias 🙂
Buenos dias
Muy interesantes todos los articulos y comentarios que se expones en estas páginas.
Quiero recibir información, frases, comentarios, articulos sobre los diferentes temas.
GRACIAS