Mindfulness: el camino para la excelencia en el Liderazgo

Mindfulness: el camino para la excelencia en el Liderazgo

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Autor: Mara Claramunt

Ser jefe, a veces, no es fácil. Llegar a ser considerado un líder excelente, menos todavía.  Implica, entre otras cosas, ganarse el respeto y la confianza del Equipo, además de desarrollar la capacidad de influir positivamente en los colaboradores para conseguir buenos resultados y buen clima laboral.

Un reto en el que las prácticas de Mindfulness pueden ayudarnos.

En 1º lugar porque si aspiramos a liderar a otros, 1º hemos de aprender a liderarnos a nosotros mismos y en este terreno la Atención Plena puede jugar un papel importante.

¿Qué es el autoliderazgo?

 

Si pensamos en un líder, difícilmente nos viene a la cabeza alguien impulsivo, que atiende solo las urgencias, sin capacidad de autocrítica, con tendencia al victimismo, que no se propone metas para mejorar y que no tiene conciencia del impacto de su conducta sobre otros.

Más bien al contrario, pensamos en alguien capaz de autocontrolarse (pensamientos, emociones, actos), no-reactivo, que no cae en actitudes de victimismo, que se plantea pequeños objetivos y los lleva a cabo, consciente, además, de la importancia de las relaciones interpersonales.

Todas las anteriores son cualidades del autoliderazgo, el cual implica, por otra parte, conocer, aceptar y tratar de cambiar los defectos, limitaciones y miedos personales. Para autoliderarnos necesitamos realizar una evaluación de nosotros mismos, descubrir tanto nuestras fortalezas como nuestros aspectos a mejorar.

El autoliderazgo requiere por tanto autoconciencia.

Solo soy capaz de controlar aquello de lo que soy consciente. Pero aquello de lo que no soy consciente me controla a mí. La conciencia me capacita”, John Whitmore

Es aquí donde el Mindfulness empieza a cobrar sentido, ya que cuando lo practicamos ampliamos la conciencia sobre nosotros mismos y sobre el entorno que nos rodea.

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Conciencia sobre nosotros mismos

 

Mindfulness nos ayuda a parar el piloto automático y observar. Observar nuestros pensamientos, nuestros patrones de conducta, nuestras emociones y reconocer cuándo estos nos impiden liderar.

Se trata de tomar un poco de perspectiva. Convertirnos en observadores de nosotros mismos; eso sí, sin juicios, sin críticas; dándonos cuenta de lo que nos queda por mejorar y yendo a por ello con paciencia y amabilidad hacia nosotros mismos.

Cuida tus pensamientos porque se volverán actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque formarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino y tu destino será tu vida”, Mahatma Gandhi.

En esta dirección van algunas prácticas de Mindfulness. Podemos sentarnos 10’ conectados con nuestra respiración y darnos cuenta de los pensamientos que emergen, de las cosas que nos preocupan, de las emociones que predominan en nosotros en un momento dado. Y a partir de ahí desarrollar la capacidad de no dejarnos arrastrar por ellos sino dirigir una y otra vez nuestra atención donde queremos enfocarla en ese momento.

La práctica de cobrar conciencia de las sensaciones de la respiración en el cuerpo se convierte en una herramienta valiosa para volver al presente, sea en medio de una reunión difícil, en una conversación complicada o cuando nuestra mente está llena de distracciones.

Con este tipo de prácticas, se amplían los recursos para gestionar correctamente los pensamientos y las emociones.  Aún en situaciones críticas, el líder que haya desarrollado esta capacidad estará atento a los pensamientos y emociones que surgen; esto le ayudará a no reaccionar impulsivamente y a elegir la respuesta más adecuada en ese momento.

Conectar con uno mismo es además el modo de permanecer conectados con nuestros valores y con nuestra ética, aspectos fundamentales para liderar.

Conciencia sobre el entorno

 

Ser consciente del entorno en el que se mueve y de las personas que lo integran también es fundamental para un líder, entre otras cosas porque todo lo que hace (o deja de hacer) provoca un impacto en los demás.

De hecho, cuando pensamos en personas a las que consideramos líderes, las cualidades que solemos destacar tienen que ver sobre todo con el impacto que ese líder causa en los demás: “es una persona respetuosa”, “sabe escuchar”, “es paciente”, “es amable”, “sabe enseñar”, “es colaborador”,…

Estas cualidades nos hablan por tanto de la capacidad de liderar para conectar con los demás, generando un entorno laboral respetuoso y colaborador. Un líder consciente no lidera a través de las órdenes y el control, sino de la colaboración, la escucha atenta y la capacidad de considerar los fracasos y errores como aprendizajes.

En este sentido, según Janice Marturano, autora de Mindfulness en el liderazgo, la capacidad de conectar con uno mismo y con los demás está ligada a 4 principios fundamentales de la excelencia en el liderazgo: Enfoque, Claridad, Creatividad y Compasión, cualidades que se pueden fortalecer a través de la práctica de Mindfulness.

1. Enfoque

Para muchas personas es difícil mantener la concentración. No es extraño descubrir que nuestros pensamientos van de un lado a otro y que nos distraemos con cualquier cosa, incluidos nuestros propios pensamientos.

Una de las consecuencias de esa débil atención es que somos menos productivos, tanto en las tareas que tenemos que realizar como a la hora de atender conversaciones o reuniones.

La práctica de Mindfulness fortalece la concentración y nos ayuda a reconocer cuando nuestra mente se aleja del momento presente y cómo redirigirla. Como explica Janice Marturano, la capacidad mental de mantener la concentración es algo que se construye, lo que a su vez facilita la capacidad de conectar con los demás y atender plenamente las diferentes situaciones laborales a las que nos enfrentamos.

2. Claridad

Muchas veces solo vemos lo que esperamos o lo que queremos ver; no solemos cuestionar nuestras creencias para ver lo que realmente está ocurriendo. Tenemos nuestro “modelo” del mundo, de cómo creemos que las cosas son, y a veces nos vemos atrapados en él.

Un líder consciente necesita detenerse lo suficiente para darse cuenta si está atrapado en su propio modelo del mundo y esto le impide ver con claridad. Como dice Marturano, “las empresas necesitan líderes con la capacidad de ver claramente lo que hay, no lo que creen que hay o lo que recuerdan que hubo, de esta manera podrán tomar decisiones más adecuadas”.

Pero el desarrollo de una mayor claridad no solo se refiere a ver claramente los acontecimientos y el entorno que nos rodea, sino a verse también más claramente a sí mismos; líderes conscientes de sus filtros, sus condicionamientos y sus miedos.

3. Creatividad

Las soluciones y las ideas creativas se presentan cuando la mente no está siempre ocupada con listas de cosas para hacer. En ese sentido Marturano explica que la corriente continua del pensamiento obstaculiza el camino de la sabiduría, entendida como aquello que hemos aprendido y experimentado a lo largo del tiempo. Por eso, si vamos corriendo de un lado a otro perdemos el contacto con ese valioso recurso que hemos desarrollado.

La buena noticia es que con Mindfulness podemos enseñar a nuestra mente a establecer una relación diferente con la corriente continua de pensamientos y abrir un espacio a la creatividad.

4. Compasión

Todos compartimos la misma humanidad. Todos sufrimos y todos queremos ser felices. Esta es la máxima de la que parte Marturano para hablar de la compasión en el liderazgo, empezando en 1º lugar por la compasión hacia uno mismo. Compasión entendida como el impulso de aliviar el sufrimiento propio o ajeno.

Y al igual que el “enfoque”, la “claridad” y la “creatividad” se pueden desarrollar, la compasión también se cultiva. El 1º paso para hacerlo es practicar la compasión con uno mismo, lo cual nos permite reconocer nuestro sufrimiento y tratarnos bondadosamente. Una práctica especialmente interesante en el liderazgo teniendo en cuenta los numerosos momentos críticos que hay que atravesar.

Según Marturano, los mejores líderes trabajan al servicio de los demás sin desentenderse de su propio bienestar.

«Los cuatro principios de la excelencia en el liderazgo –enfoque, claridad, creatividad y compasión– son cualidades que se originan en nuestra mente y en nuestro corazón y que podemos cultivar y fortalecer a través del entrenamiento en el liderazgo consciente.», Janice Marturano

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Prácticas de meditación para líderes

 

La manera de ejercitar la mente en el cultivo de la Concentración, Claridad, Creatividad y Compasión es incluir prácticas de meditación y pausa deliberadas en el día a día.

Una buena manera de empezar es reservar al día 10 minutos para realizar una meditación básica centrada en el seguimiento de la respiración. Algo tan sencillo (y tan difícil a la vez) como sentarte durante 10 minutos en una postura cómoda para centrar tu atención en los movimientos de tu respiración al entrar y salir del cuerpo.

Quizás puedas reservarte esos 10’ estando incluso en tu puesto de trabajo, en tu despacho si dispones de él o en un lugar tranquilo al que puedas acceder.

Además del seguimiento de la respiración, también será útil que empieces a entrenar tu atención con alguna práctica de escáner corporal, prestando atención a las sensaciones en diferentes partes del cuerpo. Es importante que un líder escuche lo que le dice su cuerpo, tanto por su bienestar físico como por su estado emocional, ya que las emociones juegan un papel fundamental en el liderazgo y también podemos aprender a gestionarlas usando el cuerpo y la respiración.

En el programa introductorio de Intimind encontrarás tanto prácticas del seguimiento de la respiración como del escáner corporal.

Por otro lado, Janice Marturano también propone hacer pausas deliberadas a lo largo del día. Por ejemplo, si estamos en una reunión y nuestra mente se ha ido a otro lugar, podemos poner en marcha la sencilla práctica de dirigir de nuevo nuestra atención al lugar en el que nos encontramos, usando la respiración, apoyándonos en los ruidos que escuchamos o registrando nuestras sensaciones corporales.

En cualquier momento del día existe la posibilidad de asumir una pausa deliberada. Nuestro cuerpo tendrá así la oportunidad de reiniciarse y ver las cosas con mas claridad.

La capacidad de integrar las pausas deliberadas dependerá de la regularidad de nuestra práctica formal cotidiana. En la medida en que durante la practica de la meditación cotidiana de 10’ al día te acostumbras a dirigir tu atención a las sensaciones de la respiración, te resultará hacerlo más fácil en cualquier otro contexto.

Y cuando gracias al ejercicio de la pausa deliberada aprendes a introducir un momento de conciencia para parar el piloto automático, te darás cuenta también del modo en que esos pequeños momentos de mindfulness darán una cualidad diferente al momento siguiente.

Otras prácticas útiles para desarrollar un liderazgo consciente son:

La comunicación atenta, desarrollada por Gregory Kramer, autor de Insight Dialogue; Paseos Conscientes, como el que puedes hacer con esta meditación de Intimind, y todas las meditaciones que incluimos en nuestro Programa “Trabaja mejor”.

Como concluye Janice Marturano en su libro “Mindfulness en el liderazgo”, todo el mundo tiene la capacidad de liderar con excelencia. La excelencia se deriva del cultivo de la conciencia de uno mismo y de crear el espacio necesario para tomar decisiones centradas, claras, compasivas y creativas. El camino es la práctica. Ánimo, seguro que vale la pena.

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Autor: Mara Claramunt

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