Ejercicios para superar el obstáculo del nerviosismo:
Si es posible, lo mejor que podemos hacer es convertir ese nerviosismo en objeto de nuestra atención. Observa, desde esa posición que estás cultivando de observador/a de ti mismo/a. Y hazlo siempre con intención amable. Busca el lugar en el cuerpo donde sientes esa sensación. Cuando lo tengas localizado siente cómo es, con curiosidad. Observa el nerviosismo como si fuera un bicho que miras a través del microscopio: cómo es de intenso, si es estático o se desplaza en el cuerpo…igual que llevas consciencia a la respiración, ahora llevas consciencia a la inquietud. Si esa sensación de nervios, de impaciencia, de intranquilidad se reduce entonces podemos volver la atención a la respiración.
Si la emoción es demasiado intensa puedes hacer varias cosas. Lo importante es que vayas probando y que practiques con las que te vayan mejor.
Para hacer frente a la inquietud una de las mejores opciones pasa por hacer algún tipo de actividad física: correr, andar o incluso tender la ropa. Opta por hacer algo y hacerlo con atención plena, cambiando esta vez la postura de quietud de meditación formal por una meditación informal.
La meditación informal es cuando realizas una acción cotidiana (laverte los dientes, rascarte, comer…) y eres consciente de esa acción que vas realizando por las sensaciones que te produce.
Otra opción es hacer algún ejercicio de relajación. Ir revisando todos los músculos del cuerpo uno a uno e ir relajándolos como hacemos en la meditación de escáner corporal.
Una modalidad distinta de hacer este recorrido consiste en tensar un músculo unos segundos y relajarlo, y así con todos (rostro, cuello, hombros, brazos, pecho, abdomen, espalda, piernas y pies)
Todo estos ejercicios son si el nivel de inquietud es intenso y sentimos que nos desborda. Si no es el caso, lo puedes tratar como una dispersión mental: me he despistado, me he inquietado, y, amablemente, vuelvo a llevar mi atención aquí y ahora.