Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind
«Ahora es demasiado tarde. Necesito más recursos. No tengo bastante capacidad para lograrlo. Estoy demasiado cansado. No tengo tiempo. Los demás lo hacen mejor. No es el momento adecuado. No tengo suficiente talento. Me falta preparación. Tengo demasiado miedo. Nadie me va a ayudar. Voy a fracasar. No tengo dinero..¡suficiente !…»
¿Te suena?
Es fácil salir con excusas y justificar por qué no te pones en marcha. Cuanto más tiempo llenas tu cabeza con argumentaciones y excusas vacías, menos tiempo para dar ese primer paso.
No te pasa sólo a ti. Casi todo el mundo tiene esa especie de sensación (ilusoria) de que “siempre habrá un mañana para hacer el trabajo de hoy”. La sensación de que cuando ocurra no sé qué o cuando tenga esto o aquello mi vida será más fácil y entonces haré lo que quiero hacer.
Nos aferramos de forma automática a esta creencia y procrastinamos constantemente hasta que el trabajo se convierte en una pesada carga.
Siempre falta algo: si no es experiencia, es dinero, o tiempo y recursos de cualquier tipo. Pero es que dentro de un mes o un año tendrás las mismas excusas o incluso más. Es como un bucle. Y si te quedas en él cada vez es más complicado poner esa primera piedra hacia tu objetivo.
Empezar requiere lidiar con la incertidumbre. Salir de tu burbuja personal para hacer un cambio. Para eso tienes que tomar conciencia, autochequearte, porque si no, tu mente siempre elegirá por defecto el camino más cómodo (que puede ser el que tú quieres o no)
Cuando practicas mindfulness, en lugar de situarte en momentos futuros hipotéticos, estás en el presente, en lo único que tienes de verdad. Entonces actúas desde ese presente y vas dando pasos hacia tu objetivo.
Meditar es un acto tan simple como sentarse con las piernas relajadas, con la espalda erguida, cerrar los ojos, y centrarse en la respiración.
IN(spira) uno, ES(pira) dos. IN(spira) tres, ES(pira) cuatro…sigue contando hasta llegar a 10 y entonces repite.
No hay nada más.
Perderás la concentración. Te zambullirás bajo una lluvia de pensamientos, agradables o desagradables.
La clave es volver siempre a la respiración. Permite que el aire entrando y saliendo sea tu ancla.
Pronto verás que no es tan fácil como parece.
Que el contenido de tu mente no es un retrato fiel de la realidad.
La meditación te muestra el poco control que tienes sobre tí mismo.
Darse cuenta es el primer paso. Después podemos trabajar para seguir conociendo y recuperar el control de la mente.
La meditación debe ser el primer paso, la primera acción. Si además quieres leer sobre el tema, conocer la experiencia de potras personas, lo que dice la filosofía al respecto, lo que dice la ciencia…hazlo. Pero no sustituyas la práctica por libros. Las lecturas te ayudan a entender. Te encaminan hacia el agua. Pero beberte el agua, interiorizar la práctica, es tu trabajo.
Mindfulness no es algo que te viene dado de fuera. Es una cualidad que tú ya tienes. Practicar meditación formalmente simplemente te ayuda a descubrir esa cualidad y a conectar con ella. Sólo tienes que empezar.
Los estudios muestran evidencias de que cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas los remordimientos más comunes no son por las veces que nos hemos arriesgado en la vida, sino por las veces en que no lo hemos hecho.
De los muchos arrepentimientos que la gente describe, la falta de acción supera casi el doble a los de la acción.
El mayor obstáculo para muchos de nosotros es simplemente empezar. Tomar esa importante decisión de dar un paso. Esa decisión implica:
1.- Confiar en ti.
2.- Conectar genuinamente con lo que te motiva, lo que de verdad te emociona, tu causa para dar ese paso.
3.- No ir demasiado lejos en el tiempo. Piensa en dar el primer paso y no en todos los que faltan para llegar a tu objetivo.
¡Empieza ahora!
Tu primer ebook, artículo, canción, podcast… lo que sea que hagas, nunca será completamente satisfactorio y perfecto. La autocrítica y la autoduda siempre estarán presentes, y la única solución es simplemente actuar a pesar de ellos.
“A medida que comenzamos a practicar la meditación samatha-vipashyana, siguiendo nuestra respiración y etiquetando nuestros pensamientos, empezamos a darnos cuenta de lo profundo que es soltar esos pensamientos, sin rechazarlos ni intentar reprimirlos, simplemente reconociéndolos como pensamientos violentos, pensamientos de odio,…sean cuales sean. (…) No tienes que transformar nada. Lo que hace falta es simplemente soltar el guión, soltar la historia, y eso no es tan fácil. (…) Empieza ahora, tal y como eres” –Pema Chödrön (Comienza donde estás)
La práctica de mindfulness te permite darte cuenta de ese discurso interior sobre ti mismo, esas historias que hablan de ti y que no siempre son ciertas.
Puedes descubrir que tienes tendencia a pensar que no eres lo suficientemente bueno/a en algo, y que eso te hace renunciar sin siquiera haber empezado. El miedo a tomar riesgos nunca desaparece. Aún así, ser consciente de ese temor te permite convertirlo en algo familiar y te desbloquea. Puedes actuar a pesar del miedo.
Lo importante es persistir.
Si hay algo que te importe profundamente, hazlo. A lo mejor cuando empieces no estás del todo en lo cierto. Pero lo importante es comenzar ahora.
No hay un momento adecuado para nada. No esperes hasta que todo sea perfecto o correcto. Empieza ya.
Intenta dedicar solamente 10 minutos al día a la contemplación combinada con la respiración profunda, y cuéntanos cómo te va. ¿Qué es lo que te sirve a ti para dar el primer paso?¿Qué es lo que te motiva a empezar?
Foto portada: Dariusz Sankowski (unsplash)
Autora: Imma Juan
Twitter: @intimind